Y después de todo... ¿qué permanecerá inmune de mí?
Sientes como caes, poco a poco, y lo peor es que no haces nada por levantarte, porque han sido ya tantas y tantas caídas que, ¿para qué una más?
Cierras los ojos y procuras pensar claramente, no es sencillo, pues cada vez sientes más y más vacío en tu interior, tu mente no ayuda, tus ganas de afrontar se debilitan, y no quieres volverlos a abrir, tan solo permanecer así el resto de las horas hasta que algo que realmente merezca la pena te haga despertar de aquel trance que supone tu vida entera.
Sigue siendo la impotencia de querer y no poder, de estropearlo todo sin querer, de actuar sin pensar... Sentimientos, emociones, actos que pretendes cambiar pero se resisten, se hacen más fuertes que tú mismo...
Y entonces es cuando piensas ¿esto va a poder conmigo? ¿realmente es mucho más que yo?
Y sí, hoy por hoy así es. Pero la esperanza es lo último que se pierde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario